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La instalación de una valla en el límite de una propiedad desempeña varias funciones fundamentales
En primer lugar, delimita claramente tu propiedad de la del vecino. Proporciona una sensación de seguridad al limitar los robos. También es una obligación si tienes animales de compañía, como perros, por ejemplo.
Sin embargo, para hacer un vallado de fincas es imprescindible respetar ciertas reglas establecidas.
Normativa vigente
En primer lugar, si los límites de la finca no están claramente establecidos, será necesario comprobar el registro de la propiedad para asegurarse de que no invades el terreno del vecino.
Ten en cuenta que el plan de urbanismo vigente en tu municipio también puede imponer un tipo de vallado determinado, es decir, su material, aspecto, altura máxima y color. Es importante informarte antes de instalar una valla.
¿Qué tipo de valla elegir?
Elegir una valla no es tarea fácil, ya que hay muchos tipos diferentes en el mercado. Es una elección tanto de seguridad como de estética.
Las principales características a tener en cuenta son:
- El precio de la valla, a menudo expresado en metros lineales, puede variar enormemente según el material y el acabado.
- El material.
- La estética (forma de los postes, color, malla, etc.).
- La solidez.
- La instalación.
Los principales tipos de vallas son:
- Metal: Sólido y agradable a la vista.
- Hormigón: Resistente y estético.
- Madera: Estética con un aspecto natural y ecológico pero frágil y que requiere de mantenimiento.
- PVC: Económico y de bajo mantenimiento.
- Malla: Las mallas metálicas suele ser de bajo coste y las más comunes.
Ventajas de las vallas metálicas
Elegir una valla para tu finca significa optar por un modelo sólido, atractivo y duradero.
Las principales funciones de una valla son asegurar y delimitar una propiedad y proteger a los ocupantes de la casa. Entre los diferentes tipos de vallas disponibles, la valla metálica tiene todas las capacidades para cumplir estas funciones. Además de todo esto, añade elegancia y originalidad.
El vallado metálico es una excelente opción para establecer un límite de la propiedad fuerte y duradero. Es más robusto y protegerá eficazmente tu finca durante muchos años.
El metal tiene todas las propiedades mecánicas necesarias para crear una valla resistente a las agresiones externas, los impactos y la intemperie. Además, es un material que se adapta a todas tus necesidades. Es posible personalizar tu valla, según tus deseos, para crear una valla original. Este tipo de valla aportará un toque de modernidad y elegancia a tu finca.
¿Cuáles son los diferentes metales para una valla metálica sólida y estética?
Tienes a tu disposición infinidad de vallas metálicas para que puedas diseñar el exterior de tu finca.
El metal se presenta en muchas formas y colores para adaptarse a todas las necesidades. Si quieres construir una valla arquitectónica que parezca pertenecer a una finca de prestigio, elige el hierro forjado.
Tienes a tu disposición una amplia gama de diseños para mejorar tu finca con una bonita valla. Para combinar estética y robustez, opta por el aluminio, resistente a la intemperie y al paso del tiempo. Puedes dar a tu valla de aluminio la forma y el color que mejor se adapte a tu propiedad.
Para protegerte de las miradas indiscretas, se fabrican vallas metálicas en paneles. La chapa de acero perfilada también es una mejor alternativa para separar una zona de otra y para asegurar tu finca, al igual que las vallas de malla metálica soldada o forjada.
Limpieza y mantenimiento de las vallas metálicas
Una valla metálica proporciona una seguridad duradera para una propiedad o parcela, ya que te permite elegir entre diferentes materiales fuertes y rígidos. Sin embargo, requiere algún tratamiento.
El mantenimiento regular de una valla es necesario para aumentar su durabilidad. Cada tipo de valla tendrá sus ventajas e inconvenientes, pero en general habrá que limpiarla para eliminar el musgo y la suciedad.
Después de varios años puede ser necesario considerar el repintado con pinturas o tintes adecuados para evitar el óxido o la putrefacción. Si un seto está en constante contacto con la valla, es necesario podar las ramas que puedan dañarla.
¿Cómo instalar la valla ideal?
En este segmento, hay varios tipos de materiales adecuados: hierro forjado, acero, aluminio, malla metálica, paneles sólidos. También puedes combinar dos o más materiales diferentes, como los paneles de acero soldado con barras espaciadas o la malla metálica.
En general, el mantenimiento de una valla metálica es más fácil que el de otros materiales como la madera, ya que lo único que se necesita para que sea duradera es el primer tratamiento adecuado cuando se instala la estructura.
Con el paso de los días y los meses, la lluvia o un simple lavado serán suficientes para mantener la valla. El acero que compone los paneles macizos o calados soldados es más resistente a las agresiones externas que otros materiales. El metal, sea cual sea, es una garantía de solidez, resistencia y longevidad para tu recinto.
La ventaja del metal es la facilidad de su mantenimiento. En el caso de una valla metálica, el primer paso que debe observarse al instalar el cerramiento es la galvanización de los paneles o barras. Este es el único paso en el mantenimiento de una valla que implica la aplicación de una capa de zinc a los paneles de acero para protegerlos de la corrosión y de los efectos del clima y del tiempo.
En el caso de las vallas rígidas, para saber qué tratamiento aplicar a una valla, un profesional cualificado te aconsejará recubrirlas con una capa de polímero plástico que les dará su color definitivo, al tiempo que las protegerá de la oxidación.
En cuanto a la pintura, la idea es armonizar el tono con el del entorno. Una valla metálica pintada en verde, gris o blanco quedará muy bien y se integrará fácilmente en su entorno. No necesitas ningún medio especial y adicional para mantener una valla, puedes simplemente limpiarla con agua o dejar que la lluvia haga el trabajo por ti.
