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Instalación de toldos
El exterior, sea cual sea, es un lugar fascinante, intrigante y maravilloso. Como todas las cosas, necesita cuidados y atención. Por ello, queremos ocuparnos de todas aquellas intervenciones útiles para mantener el encanto y la eficacia de los toldos.
A pesar de su sencillez, los toldos son dispositivos que, con el tiempo, pueden presentar problemas. No se trata de un defecto ni de un síntoma de mala calidad del producto, sino de un efecto del uso y de la exposición constante a la intemperie.
Por eso, para no deshacer la inversión realizada, es fundamental saber cómo y cuándo intervenir en el mantenimiento de un toldo:
Mantenimiento y prevención
Según, una de las mejores empresas de instalación de toldos Barcelona, nos explica que repetidamente la necesidad de limpiar los toldos de exterior, pero no es la única operación útil.
El mantenimiento de los toldos se refiere a las operaciones ordinarias previstas por el fabricante y que sirven para garantizar el buen funcionamiento de ese dispositivo. Pero, al mismo tiempo, también es útil conocer todas aquellas precauciones y trucos que hay que poner en práctica para evitar daños o averías más graves.
También hay que destacar que, aunque los toldos parezcan iguales entre sí, esconden mecanismos y tecnologías muy diferentes. Por eso, antes de intervenir, es preferible ponerse en contacto con profesionales en instalación de toldos, que sepan exactamente cómo hacerlo. Incluso las operaciones más sencillas (como la limpieza de la lona) requieren cuidado para no dañar ese componente.
5 acciones y consejos para proteger los toldos
Toldos mojados
Las tormentas repentinas, incluso en verano, o el uso de toldos en otoño e invierno pueden suponer un grave problema para la lona del toldo.
La precaución que hay que tener en estos casos es no cerrar el toldo cuando la lona aún está húmeda, ya que se crearían graves problemas de humedad con la consiguiente formación de moho. En estos casos, por tanto, es imprescindible secar completamente la lona antes de volver a enrollarla.
Vientos fuertes
Al igual que ocurre con las precipitaciones, las ráfagas de viento también pueden ser repentinas. No sólo en su aparición, sino también en su intensidad.
A la hora de comprar e instalar un toldo, hay que elegir un modelo de toldo que tenga una resistencia al viento suficiente, acorde con las normas de la zona en la que se instala el toldo. El consejo es comprobarlo y, en caso de vientos fuertes, cerrar el toldo para evitar desgarros en la tela, pero también daños importantes en el armazón del toldo.
Ajuste de los brazos
Para los toldos que están equipados con ellos, también es imprescindible comprobar periódicamente los brazos. En el momento de la instalación, éstos están calibrados correctamente, pero pueden darse condiciones por las que no siempre funcionen correctamente.
Si los brazos no funcionan correctamente, pueden producirse varios problemas.
En primer lugar, un fallo de estos componentes, pero también un tensado imperfecto del tejido. Ésta, si no está bien tensada, corre el riesgo de desgarrarse o romperse, pero también de que se formen hoyos que impidan el correcto flujo del agua de lluvia.
Piezas mecánicas
Aunque no sean fácilmente visibles, los toldos se componen de una serie de piezas mecánicas que son responsables de su funcionamiento. Tanto el uso continuado como las inclemencias del tiempo pueden provocar diversos problemas.
El consejo es prever el engrase de estos componentes al menos una vez al año. Así se evitan fallos mecánicos que también pueden provocar el bloqueo del toldo, tanto al abrirse como al cerrarse.
Polvo, hojas e insectos
Al igual que en el hogar, el polvo es un enemigo mortal para los toldos. También lo son las hojas y los insectos. Éstos se instalan muy fácilmente no sólo en la tela, sino también en las guías o en las juntas mecánicas.
El problema, sobre todo con las hojas y los insectos, es que si no se retiran también pueden manchar la tela, además de dañar el toldo.
Son estéticamente feas y, tanto en un contexto doméstico como comercial, es absolutamente necesario eliminarlas.
¿Cómo mantener y reparar tu toldo?
El mantenimiento y la reparación de tu toldo son los dos puntos más importantes que garantizan la longevidad de su instalación.
El mantenimiento del toldo debe hacerse regularmente. No pienses que la lluvia lo limpiará. Al contrario, está llena de partículas, que se acumularán en su toldo.
En cuanto al mantenimiento del cajón o de los soportes de prolongación, una simple limpieza con agua, eventualmente jabonosa, eliminará las impurezas. Procura aclarar bien y dejar secar antes de cerrar el toldo.
La tela también debe limpiarse una vez al año. Limpia la parte inferior, pero también la exterior, que es la más propensa a la suciedad. Para ello, elige un día soleado y desenrolla tu toldo hasta el tope antes de empezar a lavarlo. Una vez hecho esto, deja secar la tela al aire libre antes de enrollarla.
Para el mantenimiento de las partes mecánicas o eléctricas, comprueba regularmente el estado de los soportes, el retorno del toldo a su lugar de almacenamiento, la ausencia de ruidos sospechosos, etc.
Como hemos dicho uno de los mayores enemigos de un toldo es el viento. Una fuerte ráfaga de viento puede destruir los soportes o rasgar la lona. Por lo tanto, ten cuidado y cierra el toldo en cuanto se levante viento o cuando estés ausente. Si, por desgracia, esto ocurre, tendrás que llamar a un especialista para que cambie la pieza defectuosa.
Los fabricantes ofrecen una garantía de fabricación en la mayoría de los modelos. Comprueba que se aplica esta garantía, ya que nunca se aplicará en caso de daños materiales en tu toldo (por ejemplo, por el viento).